Al mirar el reloj en la pared casi eran las 10 pm. el no tardaba en entrar por esa puerta, y yo estaría lista con un vaso de agua fresca y sus pantuflas. Espere solo un poco más, y ahí estaba el bajo el umbral de la puerta tronando su cuello por el cansancio o tal vez estrés.Arrodillarme ante el cada noche para quitar su calzado era mi pan de cada dia, mientras mira hacia el techo pensando no se que.Pero tampoco me atrevo a preguntar que es lo que ocupa su cabeza en esos momentos Está mañana salió con su traje a la medida, su cabello bien peinado, su cara descansada y con ganas de salir lo más pronto posible de su casa, de nuestra casa.Y sin dedicarme un gracias por el desayuno o un beso de despedida sin más se va. Pero a estas horas de la noche ya no es más lo que quedó de el, el pelo despeinado, la corbata floja con su saco en la mano y la manga de la camisa enrollada hasta los codos.Y su cara con una expresión de indiferencia.... Pero aún sigue sin mirarme, no me habla, y
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