Isabella se despertó temprano al día siguiente. Conforme su mente se aclaraba, los recuerdos del día anterior inundaron su mente; pero ya no se sentía tan frágil.
Se giró para ver a Luka. Él todavía estaba durmiendo y tenía el semblante tranquilo. Esa sensación en su pecho que aparecía cada vez que lo veía o pensaba en él, hizo acto de presencia. Se sentía tan bien amarlo.
Después de un rato se levantó y luego de arreglarse salió de la habitación. Caminó por el pasillo en dirección a la cocina. Cuando estaba cerca escuchó algunas voces que veían de allí. Desde el umbral de la puerta pudo ver que se trataba de Mia y su madre. Ambas estaban preparando el desayuno mientras debatían sobre algún tema en el que no le gustaría verse incluida. Ellas seguro podían ponerse intensas sobre algun