Capítulo 58 – Susurros en el aire

Liana – Su punto de vista

Desde el momento en que crucé la puerta de la empresa, supe que algo no estaba bien. El ambiente se sentía distinto, más pesado, más denso, como si el aire estuviera cargado de secretos y miradas.

Los pasillos, que normalmente estaban llenos de saludos amables y murmullos sobre trabajo, se convirtieron en un desfile de susurros y risas apagadas. Cada paso que daba, sentía cómo las miradas me seguían, cómo las voces bajaban el tono apenas pasaba cerca.

Al principio intenté ignorarlo. No quería darle importancia, no quería que mi mente imaginara cosas que tal vez no eran. Pero cuando llegué a mi escritorio, lo vi.

Una pequeña nota doblada cuidadosamente me esperaba sobre el teclado.

La abrí sin pensar demasiado, y las palabras me golpearon con una mezcla de ironía y crueldad:

“Felicidades, mamá.”

Por un instante, mi respiración se detuvo.

Sentí un vacío en el estómago, una punzada que me subió por el pecho hasta la garganta.

No