El rostro de Bella se volvió rígido poco a poco, incluso ella misma no pudo contenerse.
¡Cómo puede esa despreciable Lorena interpretar ser más agraviada que ella!
Originalmente, ella quería pisotearla y construir una imagen de buena suegra, ¡pero Lorena la arruinó!
Bella estaba tan enfadada que su rostro se volvió pálido. Apretó los dientes y lanzó una mirada furiosa a Lorena, luego se acercó a Estela con una sonrisa hipócrita.
—Si se trata de ti, seguro que puedes llevarnos bien con tía. Tu familia tiene buen estatus y capacidad. Con tu presencia, Juan podrá concentrarse en su carrera con tranquilidad.
—Cuando se casen...
Antes de que terminara de hablar, la voz fría y contenida de Juan resonó desde atrás, cargada de ira contenida.
—¿Quién dijo algo de casarse?
Bella se detuvo y lo miró de reojo.
—Juan, esta es la señorita Estela, de la que te hablé. Es una pianista y ha ganado numerosos premios a pesar de su joven edad.
—La última vez fuiste a recibirla, ¿deberías llevaros bien...?