Después del almuerzo, Bruna subió a leer un libro. La temperatura era templada y ese día no era buena idea nadar. Mirando el sol, mucho más débil y menos caliente que en verano, terminó por quedarse dormida.
Se despertó a media tarde. Cuando bajó las escaleras, Ángela estaba sentada en el porche.
- Tu madre debe estar preocupada por ti. - dijo Dani.
- ¿Porque?
Dani mostró la carta que tenía en la mano:
- Ella te respondió tan pronto como enviaste tu carta.
Bruna tomó la carta, sin prisa por abrirla:
- Te lo debes perder... Como yo.
- Me imagino que ustedes tres están sufriendo con esta distancia.
- Sí... Los extraño mucho. Pero al mismo tiempo no quiero volver. ¿Es comprensible?
dani se rio:
- Sabiendo la razón, creo que sí. Pero estoy feliz de tenerte aquí, Bruna. Además de conocer a Alex y Arthur. Cuando todo termine, será difícil volver a estar solo. Solo yo, que siempre amé la soledad, ya estoy sufriendo al pensar que algún día volveré a estar solo.
- Tía, te estaré agradecida tod