Bruna se despertó temprano esa mañana, antes que Dani. Se puso unos pantalones cortos cómodos, una camiseta sin mangas blanca y zapatos para caminar. Entre los clips encontró una bufanda roja que Adrian le había regalado. Le gustaba el presente y no sabía si le traía recuerdos en ese momento. No dudó en atar su cabello en una cola de caballo y decorarlo con su bufanda. Hizo café para ella y su tía. Dani se sorprendió al ver la mesa puesta:
- Hoy me desperté más temprano que de costumbre, Bruna. E incluso hice café... Y se ve delicioso.
Dani se sentó a la mesa.
- No dormí bien por la tormenta. Bruno confesó.
- Te advertí que daban un poco de miedo. Lástima que suelen ser sólo por la noche. Y era un día hermoso y cálido de nuevo. Disfrútala.
- Sí... Hoy voy a correr un poco. Necesito hacer ejercicio para ocupar algo de tiempo.
- Hace bien.
- Tía... Tuve la impresión de que vi a alguien esta noche.
Dani se quedó en silencio y pensativo durante un rato. Entonces el dijo:
- ¿Alguien en la