El camino al aeropuerto estaba vacío y el camino estaba oscuro.
- Ustedes tres están muy conectados, ¿no es así? - dijo Dani.
- Sí... Cuando uno sufre, todos sufren. – dijo Bruno.
Dani colocó cariñosamente su mano en la pierna de su sobrina:
- Ángela tuvo tanta suerte...
- ¿Porque? preguntó Bruno.
- Tuvo dos hijas... Dos amores.
- Pero ella perdió a su esposo... Así que no fue muy afortunado. – respondió Bruno.
- Yo también perdí la mía... Y no tenía hijos que me hicieran compañía y me dieran una razón para seguir adelante.
- Lo siento mucho. – dijo Bruno.
- No te sientas... Está bien. - dijo Dani. – Todo el mundo se arrepiente cuando te pasa algo malo... Pero en realidad nadie siente... Solo tú lo sientes. ¿No está de acuerdo?
- Tía Dani, lo siento si yo...
- Está bien querida... No quise decir lo que dijiste... Recordé cuando murió Ralf. Esta fue la frase que todos dijeron: Lo siento. No quería que sintieran... Quería que lo trajeran de vuelta, que me dijeran que todo esto era una p