Capítulo 93— Nunca dejé de hacerloNarrador Estaban envueltos en el silencio tibio de la habitación, aún con la piel húmeda, los cuerpos entrelazados y la respiración enredada. Drakos la sostenía entre sus brazos, como si soltarla significara perderla otra vez. Su mano recorría su espalda con una ternura que contrastaba con todo lo que acababan de hacer.Ella tenía la cabeza apoyada en su pecho, los ojos cerrados. Pero él necesitaba hablar.—Te amo —susurró, con la voz tomada —Nunca dejé de hacerlo.Lilian no reaccionó de inmediato. Pero su respiración se volvió más lenta, como si cada palabra la atravesara desde dentro.Magnus bajó el rostro, apoyando los labios en su frente.—Mi vida fue un infierno sin ti —murmuró, con la garganta apretada —No hubo un solo día en que no te extrañara, en que no me doliera todo lo que no pude darte. Te busqué, Lilian… tantas veces… pero si no era Flavio, era Federico. Siempre alguien, siempre tarde.Sus dedos se detuvieron sobre su cintura, presioná
Capitulo 94— ComplicacionesNarradorSosteniendo el teléfono en sus manos mientras este no dejaba de vibrar, Nebra sentía cómo su corazón estaba a punto de detenerse.¿Por qué tenía que aparecer justo ahora? Cuando las cosas parecían estar cada vez mejor, ¿por qué después de tanto tiempo?Viendo cómo la llamada finalizaba sin ser respondida, esta negó, colocándose de pie, y dejando el teléfono sobre la cama, empezó a caminar de un lado al otro sin saber qué hacer.De responder, lo más seguro era que Seth deseara verla, y eso, ni pensarlo. No teniendo a su pequeño en su panza, un pequeño que no dejaba de moverse, haciéndola sentirse afortunada de poder al fin cumplir su sueño de ser madre.Deteniendo su andar de pronto, cuando su corazón dejó de bombear con fuerza, Nebra liberó una bocanada de aire cuando una punzada se extendió en su vientre, y cerrando sus ojos, permaneció sin moverse por un instante. Desde hacía días este malestar se hacía presente, pero pensando que no era nada mal
Capítulo 95— ¿Un hijo?NarradorEl teléfono vibró sobre el escritorio.Seth lo miró de reojo, sin intención de alcanzarlo. Cuando vio el nombre de Magnus Drakos en la pantalla, resopló con fastidio y dejó que la llamada se perdiera.No estaba de humor para lidiar con su paternalismo tardío.Pero el teléfono vibró de nuevo... y otra vez... y otra.Para la quinta llamada consecutiva, maldijo en voz baja, apretó los dientes y deslizó el dedo para atender.—No estoy de humor para tus sermones —disparó sin saludo —Si vienes a darme otra lección sobre la vida y los errores, ahórratelo...La voz de Drakos sonó cortante, seca, sin la más mínima paciencia.—No seas estúpido, Seth. Esto no tiene nada que ver conmigo.Hubo un silencio tenso.—¿Entonces? —bufó Seth, harto —¿Qué mierda es lo que quieres?—Te llamo por Nebra.Seth se quedó en blanco. Tardó un segundo en reaccionar, como si la mente no pudiera seguirle el ritmo al corazón que de golpe empezó a retumbarle en las costillas.—¿Qué tien
Capitulo 96— Vale la pena protegerNarradorLa puerta de acceso a la sala de partos se abrió de golpe. Una enfermera salió al pasillo, sosteniendo una carpeta en las manos y buscando con la mirada entre los presentes.—¿Familiares de la señora Nebra Arias? —preguntó en voz alta.Seth fue el primero en reaccionar.—Soy su esposo —dijo, avanzando de inmediato hacia ella, la voz cargada de impaciencia. La enfermera lo miró brevemente, asintió, y hojeó un par de papeles. —¿Cómo está? —preguntó Seth, sin poder contenerse —¿Está bien? ¿Cómo están?La mujer sonrió apenas, con la profesionalidad que da la práctica en esas situaciones.—Tanto la madre como el bebé están bien —informó con calma —La cesárea salió como esperábamos. En unos minutos más la trasladarán a la habitación.Seth cerró los ojos por un instante. El mundo, que hasta hacía unos minutos parecía a punto de derrumbarse, volvió a encontrar su eje.Seth seguía de pie, mirando hacia la puerta por donde en cualquier momento aparece
Capítulo 97— A casaNarradorCansada, y un poco adolorida tras salir de una cesárea de emergencia, Nebra se mantenía en cama mientras observaba a Seth a lo lejos, caminando por la habitación con el pequeño en sus brazos. Parecía que nada malo hubiese sucedido entre ellos, que el tiempo alejados solo se hubiese tratado de una terrible pesadilla de la que había despertado tras el nacimiento de EvansSoltando un ligero quejido cuando intentó tomar asiento, Nebra notó cómo Seth en cuestión de segundos llegó a su lado, y colocando a su hijo en la pequeña cuna junto a la cama, trató de ayudarla. Para Seth en ese instante lo más importante era que los dos salieran de allí sanos y salvos, por lo que las explicaciones tendrían que esperar.Colocándose de pie despacio, Nebra se apresuró a ir al baño tras un par de horas de ser intervenida, y quedando a solas en la habitación con su pequeño, Seth lo tomó de nuevo entre sus brazos para empezar a acariciar sus regordetas mejillas un poco asombrado
Capítulo 1— El acuerdo de sus vidasNarradorSeth estaba de pie frente al altar, sus manos entrelazadas detrás de la espalda para contener el leve temblor que traía la ansiedad. No había amor en este matrimonio, solo un acuerdo frío y estratégico. Para Seth, esto era un trámite, un paso más en el tablero de ajedrez de su vida. O eso había pensado hasta ese momento.El murmullo entre los presentes se apagó cuando un rayo de luz bañó la silueta de su futura esposa.Seth se obligó a respirar, pero el aire le quedó atrapado en el pecho al verla caminar hacia él. El vestido blanco parecía flotar a su alrededor. Su cabello caía en suaves ondas, y un velo delicado enmarcaba un rostro que parecía diseñado para tentar a los hombres. No era solo su belleza lo que lo descolocaba, era algo más profundo, algo que no había anticipado.Su garganta se secó, y un calor extraño subió desde su pecho hasta su cuello y un hormigueo lo recorrió por completo.La lógica y la frialdad que lo habían llevado ha
Capítulo 2— ¿Dejar a Seth?NarradorSintiendo el vestido cada vez más asfixiante, Nebra empezó a sentir la necesidad de salir de allí, huir del lugar. Federico, durante toda la fiesta, no le había quitado la mirada de encima, lo cual la incomodaba en sobremanera. Pidiendo disculpas a los presentes, se colocó de pie de la mesa familiar para colarse al baño de damas por algo de aire, y caminando hasta este, dio un respingo, cuando su hermana, Dalia, la siguió en silencio, tomándola por sorpresa— Casi me matas del susto, DaliaSoltando un sollozo llevando las manos a su pecho al verla entrar en el sanitario, Nebra recargó ambas manos en el lavado intentando procesar todo lo que estaba pasando, y llegando a su lado la jovencita de solo diecisiete años, preguntó conociéndola muy bien— ¿Acaso esperabas a alguien más, Nebra?Enarcando una ceja, Dalia cruzó los brazos a la altura de su pecho mientras esperaba una respuesta, y liberando el aire retenido, Nebra negó— Por supuesto que no... E
Capítulo 3— AbrumadaNarradorContinuando con la fiesta, en un par de ocasiones a Seth, y a Nebra les tocó mantenerse en el papel de esposos, en donde no solo tuvieron que tomarse de las manos para un par de fotografías, sino que también tendrían su primer baile juntos, lo cual los tenía muy nerviosos.—No olvides sonreír, los ojos de todos están puestos en nosotros.Llevando una mano a la cintura de Nebra, este sintió cómo una descarga eléctrica recorría su espina dorsal, y tirando de ella con delicadeza, la atrajo a su cuerpo mientras tomaba su otra mano para empezar a moverse al ritmo del vals que empezaba a sonar.—Pareces una novia real, Nebra.Centrando su mirada en ella, Seth murmuró sin dejar de moverse al ritmo de la melodía, y abriendo su boca en busca de aire, ella se mantuvo en silencio unos segundos sin saber qué decir. Por más que él le había salvado la vida aquel día, y le había dado asilo en su casa, tras Federico dejarla en la calle, no era que ellos eran grandes amig