Capítulo 64— Un besó dice más que mil palabras
Narrador:
El hotel era básico, pero decente, de esos que sirven para una noche de emergencia sin hacer demasiadas preguntas. El recepcionista los miró con curiosidad cuando pidieron una habitación, pero no hizo comentarios cuando Simón deslizó su tarjeta de crédito dorada y tomó la llave. Cuando subieron y abrieron la puerta, la realidad se les presentó con un detalle que no habían considerado.
—Solo hay una cama —anunció Dalia, cruzándose de brazos y observando el colchón matrimonial que dominaba la habitación.
Simón se encogió de hombros, sin darle demasiada importancia.
—He dormido en peores lugares. Yo me quedo en el sillón.
Dalia soltó una risa incrédula y negó con la cabeza.
—Como si entraras en esa cosa.
Simón se giró y le lanzó una mirada pícara.
—¿Me estás invitando a compartir la cama, Dalia?
—¡Ni en tus mejores sueños! —le soltó un almohadazo, que él esquivó riendo.
Simón se pasó una mano por el cabello.
—Vi una tienda de pasad