capítulo 38: padres indeseables.
El día pasó lento, estaba distraída. Confundía la cantidad de copias que debía sacar en la impresora, no prestaba atención a lo que decía mi supervisora, le eché sal a mi café y tuve que enviar los correos electrónicos tres veces porque me equivocaba colocando los remitentes.
Veía la hora cada minuto, rogando por salir del trabajo y hablar con Derek. Necesitábamos tener una conversación honesta.
A las cinco y veintinueve ya estaba despidiéndome del equipo. Caminé con rapidez por las calles. Estaba acostumbrada a ir y venir del trabajo a pie. Creo que la única dificultad es la distancia. La mansión está a cuarenta minutos a pie.
La señora Carla me entregó una hojita con la combinación de las puertas de la mansión antes de salir de la casa. La usé y avancé hasta la puerta principal. No me dio tiempo de poner la combinación de la puerta principal cuando esta se abrió.
―¿Por qué carajos te vas caminando? ―Atacó sin darme tiempo a reaccionar.
Los ojos de Derek me perforaban c