―Estamos perdiendo nuestro tiempo ―Se quejó la mujer―. No creo que hayan salido del edificio. Deben estar ocultos en otra parte.
―No debería ser. El protocolo de recursos humanos es quedarse en el sitio e informar a las autoridades lo que pasa.Esta persona… sabía demasiado. ¿Cuánto tiempo habrán estudiado este banco?―¡Maldita sea! No voy a seguir discutiendo contigo ―Unos pasos cargados de furia se alejaron de la oficina.El hombre resopló y avanzó a la salida con más calma.Sentía como mis pulmones volvían a funcionar con normalidad. Me llevé las manos al pecho, sintiendo los latidos en la palma de mi mano.Un celular comenzó a sonar con un ritmo pegajoso.Abrí los ojos de par en par.El hombre se detuvo.Fueron unos segundos largos donde lo único que se escuchaba era el sonido del celular. Y de pronto, hasta eso dejó de sonar. Pero era muy tarde para apagarlo.La risa masculina in