••Narra Derek••
Se negaba a soltarme. Tuve que bajar con ella en mis brazos.
Carla nos recibió en la puerta con una sonrisa que rápidamente se transformó en preocupación. Se acercó a toda prisa a nosotros y no dudó en darme un manotazo en el brazo.
―¿Ahora que le hiciste?
La miré con el ceño fruncido.
―¡Yo no le hice nada!
―¿Ah, no? Perdón, la costumbre ―Se rascó la cabeza, mirando a Erika.
―Carla, por favor, dile a la cocinera que prepare un té para los nervios ―dije, sintiendo como Erika hundía cada vez más su rostro en la zona que une mi cuello con el hombro. A este paso, iba a terminar traspasando mi cuerpo. Estaba intentando ocultar su rostro con la chaqueta.
No quería ser vista de esa manera.
Me fijé en la cantidad de empleados que pasaban junto a nosotros, fingiendo no estar interesados en la situación.
Este no era un buen lugar para ella.
―Enseguida ―Y desapareció de mi vista.
Caminé con ella en mis brazos hasta llevarla a la habitación. Logré colocar la parte poster