87: He soportado demasiado.
Territorio de la manada Golden Crescent.
Luna Angela.
Camino junto a Anciana Zafira hacia el segundo piso del club, donde todo está solo y podemos conversar.
No pude soportarlo. Me sentí tan abrumada y orillada con las acusaciones, tanto falsas como ciertas, que tuve que hacerles saber que ya no quiero seguir respirando el mismo aire que Calixto.
Supe de la maldad de Calixto por partes, como quien arma un puzle de terror. Todo empezó cuando comenzó a frustrarse por no poder darle un heredero. Calixto se llenó de tanto odio por eso que no se cansaba de insultarme a cada hora del día, las palabras “eres inservible” fueron sus favoritas durante meses.
Mientras su careta se caía, para él nunca supe cocinar, nunca supe limpiar, nunca supe hacerle el amor, nunca debía opinar. Casi no podía respirar.
Obligada a sonreír amablemente como una compañera feliz cuando asistíamos a alguna fiesta o recibíamos invitados en nuestra manada.
Obligada a llamarlo con cariño, a no comunicarme con mis padre