104: Rumbo al peligro.
—Espero que esto salde nuestra deuda, Alfa Oziel —dice Duncan.
En el mundo cambia formas, algunos Alfas acatan las normas impuestas por el Consejo y su líder favorito, Alan, pero hay otros Alfas, como Duncan, que han cometido algunos actos no atroces, pero sí punibles, que tanto Oziel como Calixto les ha ayudado a encubrir.
Hace unos años, ocurrió un abuso contra su hermana menor de edad. Tres hombres fueron los responsables, dos se escaparon del territorio vía mar, así que no pudo alcanzarlos, pero hubo uno que intentó huir hacia los bosques de Silver Lake, y fue atrapado. Alfa Duncan decidió no llamar a los Guardias del Consejo, ni presentar pruebas que pudieran marcar públicamente a su hermanita, sino que suplicó a Oziel por tomar la justicia por sus manos. Y cuando Oziel accedió, Duncan torturó al hombre hasta matarlo.
Oziel le contó esto a Calixto porque sabía que algún día Duncan podría devolverles el favor. Y no se equivocó.
—Cuenta con eso, Alfa Duncan —responde el castaño, pe