Suspiró sintiendo a su hijita enredar sus bracitos alrededor de su cuello y apoyar su cabecita en su hombro, aburrida por el evento a pesar de que ahora estaban tocando música para que las parejas bailaran. Acarició sus cabellos blanquecinos con una mano distraídamente, mirando a su esposo entre el gentío hablando con la gente importante.
—¿Qué haces? —Meredith se apareció a su lado de repente—. Eres la reina, tienes que estar con tu marido.
—Pero Shiry tiene sueño y…
—Yo la cuido. —Se la quitó de los brazos sin darle tiempo a quejarse—. Ahora ve con él.
Kairi la miró disgustada, pero acabó cediendo y fue a buscar unas copas de vino para llevarle a su esposo, como excusa para acercarse a él tan de la nada.
Mientras se acercaba a su esposo y los hombres ancianos con los que hablaba, de repente notó a una chica joven y bonita acercarse a ellos casi corriendo, tropezándose de forma completamente falsa como excusa para agarrarse al brazo de Tristan.
—¡Majestad, como lo siento! —Pegó