Despierto y la veo durmiendo a mi lado, esta vez no fue un sueño es real, aún dormida es hermosa, ¡Dios! cuánto la amo.
Me levanto con sumo cuidado para no despertarla, voy al baño y luego bajo a las tiendas del hotel a comprarle ropa para que se cambie.
Entro a una que me parece juvenil, los trajes que están en la vidriera creo que son del gusto de Solange, una de las vendedoras sale a mi encuentro.
—Buenos días señor, en que le puedo ayudar
—Buenos días señorita, necesito su ayuda.
Le digo lo que quiero comprar, la señorita me pregunta:
—Dígame, ¿cómo es ella? Le pregunto para poder ayudarlo.
—Ella es bella, con unos hermosos ojos grises, con una cabellera de color negro que le llega a la cintura y una piel blanca que hace contraste con su pelo y sus ojos y su cuerpo es precioso, sus curvas son impresionantes, sus caderas no son muy pronunciadas, pero tan poco carentes de ellas, sus piernas son delineadas como si las hubiese hecho un escultor