Diana Rodrigues
"Sí, soy yo". - Me detuve un momento y pregunté: "¿Está vivo?".
"Está vivo, pero necesita atención urgente".
"Ya hemos llamado a la ambulancia, señorita. Ya viene". - Una mujer me sujeta del hombro y me mira con lástima.
Me arrodillo junto al cuerpo tendido en el suelo. Sabía que esto iba a ocurrir. Y temo por la vida de Alex. El miedo me consume en ese momento, sabiendo sus errores y que nos están llevando por delante. El agujero que ha cavado con cada día que pasa nos ensucia más. Tiene la cara amoratada e hinchada. Respira, pero con dificultad. El sonido a lo lejos de la sirena de la ambulancia.
Tuve la sensación de que el reloj se había parado y la gente iba a cámara lenta. Veo que alguien me aparta de él y a los paramédicos haciéndole los primeros auxilios. La gente a nuestro alrededor hablando y Joseph viniendo hacia mí y llamándome. Todo fue tan rápido que no me di cuenta de lo que había pasado.
"Diana, se lo llevan al hospital".
"A São Vicente, llévalo allí y h