Pol estaba radiante, sus ojos azules brillaban, e iluminaban el lugar. —Gracias, Clara.
Clara condujo a Pol y a su madre al interior del salón.
—¡Hermano mayor! ¡Mira rápido! ¡Es esa mujer! — exclamó Eduardo, señalando la puerta con sorpresa.
Leonardo levantó su copa de vino tinto con indiferencia, alzando una ceja con frialdad.
Cuando vio a Pol y Clara caminando juntos, riendo y conversando, frunció el ceño de repente.
—Parece que Pol y Clara tienen una buena relación— comentó con sarcasmo.
Eduardo apretó los dientes, con la Pol es un ser imbécil, e insignificante al lado de Clara. ¿Quién se humillaría voluntariamente como él? Está completamente sometido a Clara. Si realmente están juntos en el futuro, ¿tendrá que servirle té y pelar camarones todos los días? Jaja….
Isidora le lanzó una mirada despectiva a Eduardo, considerando su comportamiento vulgar y grosero, que no era digno de un heredero de una familia de la alta sociedad.
¿Hubo rumores de que papá estaba interesado en unirse c