Las estrellas y los reporteros a su alrededor se detuvieron a observar a Clara con sorpresa.
—Señorita Ais, lo siento, no sabía que me estabas esperando.
Clara estaba sorprendida, su rostro que generalmente mantenía la calma y la compostura estaba ligeramente sonrojado.
Ais, con una sonrisa cálida en sus ojos detrás de las gafas de sol, respondió: —No pasa nada, sé que has estado muy ocupada esta noche.
Luego rodeó el hombro de Clara de manera amigable, como si fueran hermanas cercanas, y les pidió a los reporteros: —Por favor, ayúdenos a tomar algunas fotos.
Clara parpadeó con sus hermosos ojos.
La multitud: ¡Increíble! ¡Esto es inaudito!
La siempre arrogante y de carácter extravagante "Diosa de la Moda", Ais, estaba siendo tan cálida y proactiva al pedir una foto con alguien.
Esta señorita Pérez no era una persona común. Tenía un carisma deslumbrante que hacía que innumerables héroes se inclinaran ante ella.
Leona y Jimena, las dos tontas, tenían expresiones de desconcierto.
Particu