Bajo la organización de Julio, la cita fue programada rápidamente en el itinerario de Clara. Mientras Clara se arreglaba y se maquillaba en el baño, Aarón esperaba afuera para informarle sobre el plan del día. Clara pensó que el día estaba lleno de actividades y que había muchas cosas por hacer durante toda la jornada laboral.
Después de un rato, la puerta del baño se abrió y Clara, cuidadosamente arreglada, apareció frente a Aarón, quien no pudo evitar reírse.
—Señorita, ¡se ha pasado demasiado con el maquillaje!— exclamó Aarón.
La señorita llevaba una peluca en la cabeza, tenía manchas simulando pecas en la cara, y debajo de la nariz había un trazo negro que parecía un bigote. Sosteniendo el marco de la puerta con una mano y simulando hurgar en la nariz con la otra, parecía un mendigo.
—Incluso estaba pensando en añadir unas cicatrices en mi rostro—dijo Clara, sonriendo ampliamente y mostrando unos dientes bien amarillos. Luego hizo un gesto con la mano hacia Aarón, —¿Y qué te parece