Pero Inés es una persona fácil de tratar, nunca compartía preocupaciones y solo compartía buenas noticias. Si quería ayudarla, ni siquiera sabía por dónde empezar.
—Inés, ¿has vuelto a la Ciudad de México? —preguntó Clara con una sonrisa.
—Sí, Clara, ya estoy en la escuela.
Inés respondió con un poco tímida, y preguntó, —Eh... ¿estás ocupada hoy? ¿Tienes planes para esta noche?
—¿Quieres quedar conmigo? —Clara adivinó directamente lo que tenía en mente.
—Sí.
Inés asintió emocionada: —Desde que volviste a casa, no hemos tenido la oportunidad de reunirnos. Si tienes tiempo esta noche, ¿te gustaría que te invite a cenar?
—¿Solo cenar? ¿No vamos a tomar un chupito? —Clara levantó una ceja.
—También vamos a tomar un chupito. Luego, ¿qué tal si cantamos? Hace mucho que no cantamos juntas y no sé si has perdido tu habilidad—bromeó Inés traviesamente.
—¡Jajaja! Yo soy naturalmente una diva del canto, incluso Cheon Seo-Jin de Penthouse se rendiría ante mí
Clara dijo aclarando su voz: —¡te most