Celeste, que estaba justo detrás de Javier, se sentía bastante incómoda en su corazón, pero al escuchar esas palabras, apretó los labios, a punto de reírse.
Javier, siempre tan hábil con las palabras, podía atrapar con agilidad las debilidades de los acusados en el tribunal y también sabía cómo atacar a los demás en la vida cotidiana.
—¡¿Qué estás diciendo?! ¡Yo no me he hecho ninguna cirugía plástica! — Paula se tapó con rapidez la cara, sintiéndose muy avergonzada, enfadada y culpable.
Javier sacudió la cabeza. —No es tu culpa que seas mayor, pero salir con la cara llena de operaciones fallidas y asustar terriblemente a la gente eso está muy mal.
¡Paula casi explotó de ira!
—¿Qué eres tú para Celeste? — Milagros ayudaba a su madre y no pudo evitar preguntar.
—¿Qué soy yo para ella? — Javier se pasó la lengua por el paladar y miró seriamente a Celeste. —Celeste, ella me pregunta quién soy para ti.
Celeste lo miró fijamente, su corazón latía descontroladamente.
—Si no respondes, entonc