Capítulo1180
Además, tanto Inés como Aarón son personas muy importantes para Clara.

Si ellos se encuentran en apuros, Clara seguramente se preocupara en gran manera.

Mientras ella sufra, él se sentirá aliviado.

Esta noche, Simón invitó privadamente a Julio a cenar en su club privado.

—Rubén, avisa a Luz e Inés, esta noche las llevaré a las dos madre e hija.

Julio, de pie frente al espejo de cuerpo entero, se dejaba medir por el sastre personal, con una sombra evidente en sus ojos, claramente preocupado—Por cierto, no quiero molestar a Clara y a las demás señoras.

Rubén parecía haber entendido algo, asintió en voz baja—Sí, Julio.

En la lujosa sala privada del club.

Esta vez, Simón no vino solo, sino que trajo a Pol y a Eduardo, que llevaba mucho tiempo sin aparecer y se estaba recuperando de sus graves heridas.

Pol se mantuvo tranquilo y relajado durante toda la noche, pero Eduardo lo miraba fijamente con rabia, con los ojos enrojecidos, a punto de romper la copa que tenía en la mano.

—Eduardito, ¿p
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