Con un gesto brusco, ambos levantaron la mirada. Pero respiro profundo y así Sebastián logró contener su ira. Se paró frente a Daniela, con la mirada vagando entre los dos. Especialmente al ver el abrigo sobre los hombros de Daniela, una mueca de sarcasmo se dibujó de inmediato en su rostro: —No contestas mis llamadas, y esta noche te trae otro hombre a casa. ¿Acaso ya estás buscando a tu próximo novio?
Sus palabras fueron en realidad muy duras para ella. Lucas instintivamente se puso delante de Daniela: —Sebastián, por favor, sé civilizado al hablar.
—Empujaste a Daniela tan fuerte que casi la llevas al hospital. Si no me crees, ve al hospital y revisa su historial médico.
Un leve fruncimiento de ceño se notó en Sebastián, mientras respondía con gran indiferencia: —Sé mejor que nadie si ella resultó herida. Lucas, ¿por qué mentir por una mujer?
Lucas también frunció con seriedad el ceño: —Sebastián, ¿qué insinúas? ¿Sabes que Daniela casi pierde al bebé?
—Profesor.
La voz débil y ronc