Daniela observó a Sofía con calma y sin mostrar emoción alguna.
En ese preciso momento, deseaba con grandes ansias que Sofía estuviera realmente embarazada. Solo así podría presionar a Sebastián para que apresurara el proceso de divorcio.
Sin embargo, eso no era motivo suficiente para que Sofía se comportara de manera arrogante frente a ella.
—Mi suegra te aprecia demasiado, es una bendición para ti y para mí. Gracias por ayudarme a cumplir con mis deberes filiales.
Dicho esto, Daniela dejó de prestarle atención y se fue de inmediato.
Desde lejos, vio cómo Sofía regresaba junto a Antonia con el rostro muy serio, pero rápidamente volvió a sonreír.
Emilia, muy preocupada, le preguntó: —Si ella tiene tan buena relación con tu suegra, ¿no podría causar malentendidos entre los demás? ¿No te afecta eso?
—No me importa—respondió despreocupada Daniela, sacudiendo la cabeza.
Sofía y Antonia definitivamente eran dos personas que Daniela no soportaba.
Antonia solo sabía darle órdenes a Daniela, t