La compra condicionada era una especie de regla no escrita, y el ejemplo más conocido era el de las tres bolsas más populares de Hermès: la Birkin, la Kelly y la Constance.

Si la condición era de uno a uno, significaba que para una bolsa de diez mil dólares, había que comprar otros diez mil dólares en productos específicos de la misma marca solo para tener la oportunidad de que el vendedor te la ofreciera. Las proporciones variaban según el lugar y la tienda.

Miranda, por supuesto, sabía de esta práctica, pero las reglas, ya fueran explícitas o no, estaban hechas para romperse.

Cuando eres una de las socialités más importantes, con un Himalaya de diamantes incrustados, un anillo de Chaumet y un vestido de alta costura de Chanel, con un gasto anual mínimo de ocho cifras, los vendedores de cualquier tienda de lujo del mundo te abrirán las puertas con una sonrisa.

En la época en que Estela y Miranda todavía no se llevaban bien, Estela escuchó que Miranda compraba en Hermès sin necesidad