—Ya es noche, ¿cómo planeas regresar a casa? —preguntó Ivar sin despegar la mirada de sus documentos—. ¿Traes auto?
—No, suelo moverme en transporte público…
La respuesta sorprendió a Ivar.
—¿Eres la nieta de la dueña de la empresa y te mueves en transporte público?
—Tengo cosas más importantes en las cuales invertir que en un auto —dijo levantando los hombros. Todas las ganancias que había obtenido desde que entró a trabajar iban destinadas al futuro de Erya.
—En la entrada está mi chofer, le diré que te lleve a tu casa —contestó Ivar como si f