Capítulo 2
No podía quedarme ahí, así que me excusé diciendo que iba al baño.

Apenas había salido cuando Camilo me siguió. En sus ojos ya no había el cariño de antes, solo una profunda frialdad mezclada con una emoción que no supe interpretar.

Mis ojos ardían y las lágrimas fluían sin control. No podía creer ni aceptar que ese hombre solo me considerara un pasatiempo.

—Lina Espinar.

Mi corazón se estremeció. Ahora hasta usaba mi nombre completo.

Me miró y levantó su mano para limpiar mis lágrimas, pero me aparté esquivándolo.

—Lo siento.

Con esa simple frase, nuestra relación quedó clara.

Camilo había estado fuera del país por más de un mes. Lo extrañaba tanto que no pude esperar hasta el día siguiente y vine emocionada a la reunión de sus amigos.

Nunca imaginé que descubriría esta cruel verdad.

—Lina, lo siento mucho.

Me limpié las lágrimas torpemente y tragué saliva, antes de preguntar:

—Camilo, ¿no vas a explicar nada de lo que dijiste antes?

—No te he hecho nada malo —respondió, sin mirarme, con los ojos fijos en la ventana—. Durante estos tres años, creo que he sido bastante bueno contigo.

—Si amas a Nadia, ¿por qué estabas conmigo? —lo interrogué, con una sonrisa amarga.

Al escuchar ese nombre, su expresión se volvió fría de inmediato.

—Si sabías que me gustaba ella, ¿por qué seguías conmigo? ¿No es eso humillarte a ti misma?

Las palabras de Camilo me dejaron helada. Quise insultarlo, pero no pude emitir sonido alguno.

De repente, sonó su teléfono. Solo miró la pantalla y su mirada se suavizó al instante.

—Nadia...

Había adivinado bien, era Nadia.

Pero lo nunca adiviné fue que Camilo no me amaba.

No quería escuchar su conversación, así que regresé cabizbaja a la sala privada, donde Luis y los demás seguían hablando de Camilo.

—Creo que se enojó por lo de Nadia —dijo Luis bebiendo un sorbo de alcohol, con aire de saberlo todo—. Este viaje al extranjero también fue para verla, aunque ni siquiera pudo encontrarse con ella. Solo se atrevió a mirarla desde lejos. Pensábamos que estaba saliendo con alguien para olvidarla, pero esa chica es solo su pasatiempo. Su corazón sigue con Nadia.

Así que había viajado para verla.

Con razón salía del país cada mes por supuestos viajes de negocios.

—Camilo ha amado a Nadia por muchos años. Dibuja sus retratos en secreto y los guarda bajo llave sin dejar que nadie los vea.

Mi cabeza zumbaba mientras los escuchaba alabar lo paciente que era el amor de Camilo, cuánto había sacrificado por amor.

Intenté sonreír, pero mi cuerpo temblaba involuntariamente y me mordí el labio hasta hacerlo sangrar.

Luis de repente cambió de tema:

—Pero su novia actual da lástima. Está desperdiciando el tiempo de esa chica sin darle ningún compromiso. —Hizo una pausa y me dio una palmada en el hombro—. Lina, lo que dije antes era broma. No deberías fijarte en alguien como Camilo, y menos creer lo que dice. Es un completo idiota.

Las palabras de Luis me provocaron un dolor sordo en el corazón.

Ya era demasiado tarde… Ya le había creído.

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