Narra Alondra Ferreyra
Esa actitud de David me estaba desesperando totalmente. Estaba montando tal drama digno de una novela. No podía creer que estuviera montando todo ese numerito y lo peor es que estaba exponiendo su vida, así que muy a pesar de que estaba que me cargaba la chingada de coraje, caminé mojándome a dónde él estaba.
-David, por favor. Deja de hacer esto - Lo tomé de la mano - Vamos a entrar a la casa.
En ese momento un rayo, impactó muy lejos en el bosque retumbando el suelo, dándonos la señal que si no queríamos tener un desafortunado accidente, debíamos de entrar a la casa. Los arboles no eran recomendados, cuando estaba cayendo tremenda tormenta eléctrica.
-Dime que me amas Alondra, dime que me perdonas - Me pedía mi chico mientras sus lágrimas se mezclaban con la lluvia - Por favor dímelo, mi princesa.
Por esta vez, haría lo que decía, era preferible tenerlo calmado a buscar una mala hora en los confines del bosque, lo abracé y lo conduje de regreso a la casa, est