Narra Alondra Ferreyra
David no tenía muchas ganas que digamos, de ir a las motos, pero terminó yendo porque yo estaba necia en querer ir y como Lisa me apoyó en eso, ya no le quedó de otra, que aceptar, cuando terminó él de desayunar, subió a alistarse y después bajó con nosotras, para irnos a las motos.
Salimos de la cabaña y nos fuimos caminando los tres por el bosque muy contentos, hasta que llegamos a dónde se rentaban las motos y ahí nos recibió una señora, que estaba de encargada en rentarlas. Ya habia mucha gente en las motos.
–Hola buenos días Norma – La saludó Lisa – He traído a unos amigos a la aventura en las motos.
–Buenos días Lisa, que bueno. Bienvenidos chicos – Nos respondió Norma.
–Hola Norma, lo que dijo Lisa es verdad queremos dar un paseo en moto – Dije sin poder ocultar mi emoción – Espero, que si tengas algunas para rentarnos.
–Claro que sí, ¿Sólo vienen ustedes 3? – Nos preguntó Norma.
–No Norma, también viene Andrés mi novio si lo conoces – Dijo Lisa – Ya no