—¿Charly? ¡Ya llegaste a casa! —dijo Adrián una tarde de jueves.
—Sí, ya estoy en casa —le respondió Charly con una sonrisa antes de abrazar a su padre en la puerta—. Y por una buena razón.
—¿Y cuál sería esa buena razón? —le preguntó Adrián, alzando una ceja—. Oye, es viernes. ¿No tienes clases?
—Son los exámenes parciales, y algunos profesores nos dieron proyectos para hacer en casa —explicó Charly.
—¿Charly? ¡Charly! —exclamó Freya, corriendo por las escaleras de la mansión. Las hermanas se abrazaron antes de que Freya saltara de alegría.
—Te ves tan radiante y feliz. Me pregunto por qué. ¡Jaja! —la molestó Freya, y Charly le lanzó una mirada de advertencia.
—¿Charly? —Su hermano Gaspar bajó con los ojos muy abiertos. Sonrió con malicia y la molestó—: ¡Regresaste! Supongo que es hora de tener el número de los bomberos en marcación rápida otra vez.
Demonio Interior: '¿En serio es tu hermano?'
—¿Dijiste Charly? —gritó Quiano. Tenía la misma mirada traviesa antes de comentar—, Guau. Dé