El primer día en la plantación resultó agotador, ya que pasaron la mayor parte del tiempo recorriendo los diferentes campos de huertos, ya fuera caminando o montados en carretas. Para la familia de Adrián, la experiencia fue tanto educativa como refrescante. Uno de los momentos más destacados de su reunión fue la cena. Además de la abundante comida, la compañía fue divertida e instructiva mientras el gobernador compartía la historia de su familia.
Como eran muchos, cenaron en el patio trasero de la finca, que se abría hacia los huertos.
—La verdad es que conocí a mi esposa, Samara, bajo un nogal ancestral de esta plantación —contó el gobernador Carrington—. Nos subimos a sus ramas para contemplar la tierra.
—Le conté a Dionisio cómo mi familia perdió su granja debido a una crisis financiera, y él me prometió recuperarla —añadió Samara. Sonrió, mirando al gobernador con los ojos llorosos—. Muchos años después, expandió la finca.
—Esa fue mi promesa a Samara, restaurar la tierra que una