Nina
Enzo y yo subimos al coche de alquiler y nos dirigimos al restaurante. Mientras Enzo conducía, no apartaba los ojos de la carretera, pero parecía que su atención estaba en otra parte. El equipo, tal vez.
"Entonces", empecé, queriendo llenar el silencio, "Mila parece... interesante".
Se rio entr