Nina
Enzo clavó la aguja en el muslo de Selena y presionó el émbolo hacia abajo, inyectándole el suero azul brillante. Hubo un breve momento de realización antes de que comenzara la agonía.
Selena empezó a gritar de dolor, y yo también. Sentía como si me quemaran todo el cuerpo desde dentro. Seguram