Enzo
Cuando derribé la puerta de la cabaña de la bruja, mis ojos se abrieron de par en par al ver la sangrienta escena que tenía enfrente.
Selena estaba sentada en el suelo, en medio de un círculo dibujado con tiza. En su regazo reposaba el cuerpo ensangrentado de un cordero; le cortaron el cuello,