Nina
“No”, dijo Enzo con sobriedad. “Ahora lo sé. Estaba hablando de ganar una batalla”.
Se me formó un nudo en lo más profundo del estómago. Debería haberlo sabido; por supuesto que Ronan seguía tras de mí. Pero era imposible que todo este ataque girara en torno a mí, ¿verdad? Bajé la cabeza y se