Mundo ficciónIniciar sesiónAila POV
Mis palabras parecieron romper el hechizo de desconfianza en la sala del consejo. Cuando terminé de hablar, el silencio que quedó no fue de hostilidad, sino de una profunda y sombría reflexión.
Miré los rostros de esos Alfas y Lores orgullosos, y vi algo nuevo.
Vi a padres.
Vi a protectores.
Mi súplica no había apelado a su lógica de guerreros, sino a su corazón de lobos.
Fue mi hermano Alejandro quien se puso en pie primero, su presencia una montaña de apoyo incondicional.
—La manada del Valle Escondido luchará —dijo, su voz resonando con una autoridad tranquila—. Lucharemos por mi sobrina. Lucharemos por mi hermana y lucharemos por el derecho de todos nuestros hijos a existir.
Después de él, otro Alfa se levantó y luego otro.
Uno a uno, los líderes de las mana







