Por la mañana siguiente el que acostumbraba ser un lugar solitario a esa hora, se vio concurrido medianamente, al parecer, varios estudiantes también saldrían de las instalaciones ese día.
—Hace frío — se quejó Kristel al abrazarse ella misma mientras esperaban a James, Erick sonrió y la abrazó.
—Es tu culpa… debiste ponerte algo más abrigador— mencionó la cobriza y se apretó el grueso y obscuro suéter que portaba.
Kristel arrugó el ceño indignada por su comentario.
— Vamos a la playa, no a esquiar, para abrigarme como lo haces tú – respondió la castaña indignada.
Leia sonrió.
— Tal vez… pero yo no tengo frío – dijo Leia con burla.
Kristel estuvo