Capitulo 2

~ Amalia ~

— ¿Estás bien? Amalia, ¿Por qué estás diciendo eso ahora?

Podía notar que la castaña a mi lado tenía muchas dudas, pero estaba pensando muy bien la situación y no puedo involucrar a más nadie por la seguridad de todos, no quiero que haya otro herido.

Mei estaba conmigo en la sala de espera del hospital, ella sabía cuánto significaba para mí esto, porque desde la muerte de mi madre he odiado los hospitales.

— Mei, solo consiguelo. No es tan difícil, y si lo es, lo haré yo misma.

— No hables así, Amalia. ¿Por qué justo ahora quieres trabajar ahí?

— Mi papá está en coma.

— ¿En coma? M****a...

— Necesito dinero extra, es solo eso. — Mentí.

— Te apoyaré en lo que sea, veré ya mismo si te aceptan. — Abrió su cartera para sacar su teléfono.

— Solo una semana, solo eso necesito. — Mi mirada estaba perdida.

No voy a durar tanto en ese lugar, si puedo conseguir alguna pista del culpable ahí, sería perfecto, a ese tipo de personas les gusta divertirse en clubes nocturnos.

Una semana es suficiente para conseguirlo si es que va a ese club, si es conocido como el más famoso y peligroso, seguro que allí está uno de los mafiosos que fabrica esa droga.

Quizás menos de 7 días, conseguiré al culpable y pondré en marcha mi plan contra él. Que sea mafioso no quita que sea hombre, y un hombre es fácil de seducir, más si tienes el fuego en tu cabello rojizo y con sed de venganza.

— ¿Tienes atuendos de ese estilo? — Mei me sacó de mis pensamientos.

— La verdad, no... Pero conseguiré.

— Estás más desafiante, esa es la Amalia que conozco. — Sonrió y me dió un pequeño empujón con su hombro.

Quisiera contarle mi plan, pero no involucraré a otro ser querido, sé que podré hacer esto sola, soy una chica estratégica.

Conseguiré al culpable, y sobre todo, el porqué le hizo esto a mi padre.

— Mei.

— ¿Sí?

— Ve a tu casa, yo iré a comprar un atuendo para esta noche.

— ¿Esta noche? ¿No tienes que cuidar a tu padre?

La observé por unos segundos.

— Eso es lo que haré.

Caminamos juntas hasta la salida del hospital, tomamos caminos distintos, ella hacia su auto y yo hasta el mío.

Tenía que calmarme, primero tengo que ver quién es el culpable, acercarme, evaluar su debilidad y atacarla hasta eliminarlo. Asegurándome de que no vuelva a ser una amenaza.

Si me buscan, me encuentran.

Mis manos reposaban en el volante de mi auto que acababa de estacionar cerca de una tienda de atuendos únicos. Si iba a seducir a un hombre con dinero sucio, hacerlo bien.

Me bajé del auto, ajustando el cuello de mi blusa y caminé sin prisa.

Entré en la tienda, no me importaba el precio, lo que buscaba era impacto, así que compré un body de encaje negro con tirantes finos y una falda lápiz del mismo color, era ajustado, si, pero elegante. No enseñaba la piel, sino las curvas, lo cual era mucho más peligroso.

Salí de la tienda y mi sonrisa se desapareció.

— ¡Te veo al fin!

— Joshua... — Dije en un suspiro.

Caminé ignorandolo completamente y el comenzó a dar pasos silenciosos detrás de mí.

— Sé que estás siguiéndome.

— Oí lo que le pasó a tu padre, puedo estar contigo si lo necesitas.

Joshua era mi pareja, todo estaba realmente bien entre nosotros, hasta que comenzó a drogarse y tener comportamientos agresivos, por eso terminamos.

Luego de nuestra ruptura dejó las drogas y tiene 7 meses limpio, le ofrecí mi amistad pero la rechazó. Si no fuese sido por las drogas, espera...

— Joshua. — Me detuve y el dió un paso hacia atrás.

— Ya, perdón, me iré.

— ¡No! Espera, necesito preguntarte algo.

En sus ojos se reflejó un leve brillo.

— ¿Que pasó? ¿En qué puedo ayudarte? — Sonrió.

,

— ¿Sabes quién crea las drogas llamadas "loto negro"?

— ¿Me estás llamando drogadicto? — Su tono era dolido, ofendido.

— Solo pregunto, necesito saber sobre eso.

— ¿Te vas a drogar? Amalia, tu padre estará bien.

— ¡Joshua! Solamente responde mi pregunta. — Volteé los ojos impacienciente.

— Ya, ya... No te enojes. Si he escuchado, el mayor fabricante es Moretti, pero realmente no sé mucho de eso porque soy un chico sano. — Sonrió.

No me ayudas mucho, Joshua.

— Gracias por tu ayuda, Joshua, tengo que irme.

Me dí la vuelta para dirigirme de nuevo a mi auto, ignorando todo lo demás a mi alrededor.

— ¡Adiós, Amalia! — Escuché a lo lejos.

Me monté en mi auto, puse las bolsas de los atuendos que acababa de comprar en el asiento del copiloto, sostuve con mis manos el volante, me incliné hacia adelante y dejé reposar mi cabeza en mis manos.

— No escaparás de mí.

Prendí mi auto y empecé a conducir, apuesto todo a mí porque sé que el culpable va a pagar caro lo que hizo.

(Horas después)

Abrí la puerta de mi casa, se sentía vacía y nostálgica, estúpida nostalgia, siempre hace que recuerdes solo las cosas buenas.

El vecindario era uno caro y protegido, la casa igualmente era grande, lo que hacía que me sintiera un poco sola de pequeña siendo hija única.

Dejé la nostalgia de lado para ejecutar la primera parte de mí plan. ¿Un plan? No, no tengo un plan muy estructurado, pero no esperaré que digan que por arte de magia murió mi padre ahora, tengo que deshacerme de las amenazas.

Fui al armario y me puse el body y la falda nuevos, me miré en el espejo con una sonrisa, el atuendo se ajustaba a mi cuerpo, resaltando mis curvas sin cruzar la línea de lo vulgar, era la perfección entre el poder y la provocación.

Salí de mi casa, estaba muy segura del impacto que podía causar, fui una de las mejores bailarinas de mi academia así que un baile sensual no sería difícil.

Ya solo quedaban horas para el primer día, necesito conseguir contactos y todas las pistas que pueda, y si es posible, acercarme a Moretti de una vez.

Si me buscan, me van a encontrar, pero si me buscas y te escondes... Yo te encontraré.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP