Diana.
Ya pasaron dos días y todavía no e visto a Max, se que esta ocupado con dos deberes como empleado del emperador pero tendria la esperanza de que me vendrá a ver esta mañana pero pero paso el desayuno y no apareció, un suspiro cansado sale de mis labios y miro con pesadez las teclas del piano qué mando Max el día de ayer para que siguiera practicando.
-¿ ocurre algo señorita Diana ?
-no es nada solo qué me siento un poco sola.
-descuide solo serán por unos días más, después del baile el emperador mandara más empleadas para que la atiendan.
-no necesito que nadie me atienda solo deseo con quien hablar.
-pero no es nada apropiado qué una dama de alcurnia haga las cosas por si misma.
-señora Gloria no soy una dama de alcurnia soy una simple plebeya.
-no debería de decirte esto pero Max esta proponiendo qué te den el titulo de duquesa.
-¿ QUE ? pero para eso debes de tener cuna noble.
-no es necesario verás yo soy la hija de un simple campesino qué trabajo para el emperado