Diana.
Siento que alguien me mueve levemente y me llama por mi nombre, abro los ojos y lo polímero que veo es un saco de color azul oscuro qué se siente suave pero firme volteo asía arriba y me percató de que estoy recargada en el pecho de Max que me mira con una dulce sonrisa, siento como las mejillas me arden por la vergüenza y me separa de él con rapidez.
-¡ lo siento mucho !
-no te preocupes fui yo quien te acomodo para que descansarás más cómodamente pero ya hemos llegado mira.
Max me señala la ventanilla del carruaje y miro con asombró la capital del imperio hay muchos edificios de varios pisos y de colores variados las tiendas de ropa, joyas, restaurantes y pastelerías se extienden por una plaza por la cual pasamos llamando mucho mi atención, nos acercamos a un porton dorado que abren dándonos el paso y me sorprende mucho ver unos jardines tan hermosos y bien cuidados, el jardinero le pone mucho empeño.
-al llegar al palacio no nos podremos ver tan seguido por mi trabajo p