Nicolás estaba insistiendo tanto en quedarse a presenciar la conversación entre Luís y Maya porque no acaba de fiarse de él que tuve que tomarle del brazo para alejarle del salón y llevarle a un lugar apartado donde no pudiera intervenir y en la cocina no podía ser, así que lo arrastré a mi habitación y eché el cerrojo
—¿Me estás encerrando en tu cuarto? no serás una pervertida ¿cierto?Miré la puerta ya cerrada, eso parecía. Volví a verle.—No, solo intento que ellos puedan hablar tranquilamente sin que los incomodes.—Solo quería estar seguro. Creo que estás empezando a hablar como mi hermano—¿y eso era bueno o malo?Se giró y observó mi habitación, ahora me daba cuenta del error que había cometido, ¿cómo se m