—Muy bien, señorita, bienvenida a mi dulce y pequeña casa —Me recibió Olivia en cuanto abrió la puerta de su hogar.
Me pareció una linda entrada, llena de flores y arbustos bien podados. Eric me acompañaba, pues se aseguraba de que yo llegara a salvo y sin ningún inconveniente.
Él tenía planeado ir a un árcade con Jeanniel para revivir los viejos tiempos, tal vez tomarían un poco, pero sería un agradable rato entre colegas que consideraba una buena despedida de soltero.
—Cuídala, y no le metas tantas cosas a la cabeza, Olivia —pidió el castaño, con las manos en los bolsillos.
—Ay, que poca confianza me tienes —reprochó ella—. Solo tendremos una agradable noche de chicas. Hay alguien a quien quiero presentarle.
—De acuerdo, yo me despido —resopló mi hombre, dándome un corto beso en los labios—. Diviértete.
—Tú también, mándale saludos a Jeanniel de mi parte —respondí.
Eric se marchó, dejándome sola en la entrada de la vivienda de Olivia. La pelirroja me veía con una emoción indescripti