CAPITULO 36
La hermosa mujer que Erick había visto no era otra que Laila transformada en Elisa, al llegar a casa lo hizo directamente a su habitación, llego carcajeándose, burlándose de haber dejado sufriendo al rey licántropo.

—Jajajaja, no sé qué le sucedió a ese estúpido, porque solo me le insinué y reacciono como loco, me persiguió. Además, vi sus ojos eran dorados, que raro, pero se quedó aullando eso alcancé a escuchar cuando me desaparecí. Pero a mí solo me importa que lo deje impactado. Mañana, cuando nos reunamos negaré todo encuentro, lo voy a dejar con la duda

Nara había escuchado la voz de su ama, se dirigió a toda prisa a su habitación, toco la puerta diciendo

—Majestad, ¿está usted aquí?, ¿desea algo?

Laila regresó a su rostro habitual y ordeno

—Tráeme el licor que ya sabes y mucho hielo, quiero celebrar algo

La vampira desapareció al instante para traerle lo ordenado, Laila le abrió la puerta, le dejo el pedido encima de la mesa, entonces le dijo que deseaba cenar solamente la carne
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