Parte 2 Capítulo #2

Allecra

Entramos a Marco’s y en serio este lugar me fascina mucho, aquí no hay estatus, ni apellido no hay nada eres uno más del montón, no puede haber peleas, ni asesinatos, todo eso es de la puerta para afuera, porque si ellos te descubren haciendo algo así, estás muerto tú y todo el que te acompaña.

Solo vine porque quiero distraerme no me malinterpreten, no soy para nada liberal ni de pensamiento ni de manera sexual, a pesar de que tengo una familia de m****a, ansió casarme por amor y que mi esposo me ame de verdad, pero bueno una chica puede soñar o por lo menos tratar de conseguir que sus sueños se hagan realidad, ¿No?

Bailamos, bebemos, cantamos, han pasado varias horas, he bailado con algunos chicos que se ven lindos, pero nada más, siempre sintiéndome observada, veo a mis alrededores con disimulo, pero no logro ver nada fuera de lo normal, ni a nadie que me este mirando.

Seguimos disfrutando con mi mejor amiga, en serio la amo no sé que sería de mí sin ella, hasta que me giro y veo a Rafaelo Mazzini el hombre de mi vida, desde que tengo 13 lo he amado, creo que por eso no me he fijado en nadie más.

Está vestido casual, la camisa se aferra a sus músculos firmes, su pantalón de diseñador se pega a sus piernas bien marcadas, para mi es un Ángel bajado del cielo y sus hermosos labios, moriría de felicidad si pudiera casarme con él.

Eso me hace recordar lo que me dijo padre más temprano, con mucha más razón tengo que buscar una salida, solo me casaré si mi plan de fugarme con Rafaelo fracasa, sigo con esa sensación de ser observada simplemente lo dejo atrás y no le doy más importancia, estoy esperando a que Rafaelo se acerque a mi y pueda bailar con él.

Puedo ver la cara de mi amiga transformarse en asco, no sé porque lo odia si es un caballero, él por fin me ve y se dirige a mí, me saluda con un beso en la mejilla —¡Mía bella, dichosos los ojos que te ven!, gira para mí, quiero ver lo afortunado que soy de estar junto a ti—lo dice haciendo seña con la mano que gire. para él.

Me muerdo el labio coqueta y me sonrojo haciendo lo que me pide, se acerca y toma mi mano para llevarme a la pista de baile, la música de fondo ahora es medio lenta yo muevo mis caderas lentamente, espero ser sensual, no sé como hacerlo, no sé si lo estoy haciendo bien, cuando de repente siento que él pone su mano en la parte baja de mi espalda, luego la deja caer más abajo, me sobresalto un poco al principio, pero como lo veo tranquilo y relajado bailando asumo que fue sin querer así que lo dejo estar, me abraza más y me pega a su cuerpo se inclina para susurrarme en el oído —Eres lo más lindo y perfecto que he visto, como quisiera poder poner mis manos sobre ti, discúlpame si soy muy franco Allecra querida—después de decir eso me muerde la oreja sensualmente, siento mariposas en mi estómago y un tirón en mi vientre bajo, me gustan las sensaciones que despierta en mí.

Estaba por decirle algo cuando siento que alguien pasa junto a mí hecho una furia, me hace tropezar sobre los brazos de Rafaelo, lo veo mirar con ira atrás de mí, pero no sé a quién ve, porque después solo se relaja y pone su máscara de niño bueno.

¡Okay eso fue raro!, nunca lo había visto así, volteo y veo una cabellera roja cuya dueña es una chica despampanante que sigue a un hombre alto, moreno bien fornido, me atrevo a decir más que Rafaelo, ha de ser algún conocido de él quizás, regreso mi mirada hacia mi pareja de baile para encontrarlo mirándome el escote.

Bueno esta noche para mi resulto perfecta, porque estoy haciendo algo más que cruzar miradas y guiños con él como siempre hacemos en casa, así que seguiré atenta a que más lograré descubrir de él antes de hacer mi movimiento para que me pida matrimonio.

Seguimos bailando hasta las 3 de la madrugada, llamamos un taxi ya que bebí demás y en esté estado no puedo manejar, Rafaelo nos acompaña hasta que subimos y se despide de una manera tan dulce, besa mi mano como todo un caballero.

Antes de que Bella le de la dirección al conductor y el taxi arranque, observo como regresa al bar, una hermosa mujer estaba de pie cerca de la puerta de entrada y cuando lo ve que está entrando al bar ella se agarra a su brazo y él le agarra el trasero como lo hizo conmigo cuando estábamos bailando, se funden en un beso muy apasionado, quizás el odio de Bella sea genuino y no deba poner mis esperanzas en él.

Después de todo no lo culpo, siendo el hijo del segundo al mando de padre, no creo que quiera revelarse ante él, con mi corazón rompiéndose y todas mis esperanzas haciéndose trizas, me apoyo contra la ventana mientras el taxi arranca.

No debo renunciar a mi libertad debo seguir buscando una salida, si tan solo padre no quisiera vender a Isabella también, me iría y no miraría atrás, pero a quien engaño jamás podre dejar a mi hermana a manos de él o de mi madre.

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