Fausto no logró alcanzar a José, fue detenido por Carina, quien lo arrastró de vuelta a la habitación.
—¡Él cambió, él cambió! ¡No! ¡Es que se escondía muy bien! ¡Hay algo muy mal en su mirada! —Ella caminaba de un lado a otro, claramente inquieta.
Sentado en una silla, apoyándose en su bastón, Faus