—Teresa, ¿podrías llevar a Felicia y Valentín afuera? —Ximena primero le habló a Teresa. Ella la miró preocupada, pero esta le sonrió radiante—. No te preocupes.
Felicia también estaba preocupada por su madre. Ximena apretó las mejillas regordetas de su hija.
» Felicia, tú eres la mayor, cuida bien