En el último y crucial momento, Ximena detuvo a Lisandro de nuevo.
¡Estaba asustada!
Su cuerpo entero temblaba.
No temía a Lisandro, ni temía a un futuro incierto sin él; temía a ese acto íntimo.
Lisandro no sabía qué le había pasado a Ximena anteriormente, pero su primera vez debió haber sido bastante traumática, para que dejara una sombra negativa en su corazón hacia esa experiencia.
Tanto, que no podía abrirse de nuevo para aceptar esa clase de intimidad.
Conmovido, Lisandro abrazó a Xi