Ximena estaba sentada en el sofá, luciendo preocupada.
¿Realmente iba a compartir la cama con Lisandro esa noche?
Después de ducharse, Lisandro salió del baño, secándose el cabello húmedo y corto, y le dijo a la indecisa Ximena:
—¿Quieres que se den cuenta?
Ximena, claro que no, respondió: —No... simplemente aún no tengo sueño.
Lisandro la miró y sin decir nada, se dirigió a la cocina y se sirvió un vaso de agua, tomando sorbos lentamente.
A hurtadillas, Ximena lo observaba. Lisandro, reci