Había hecho un gran esfuerzo ese día y los que vendrían haría uno más grande.
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Al día siguiente, se bañó y se arregló tal y como Erin le había ordenado, había vuelto a lucir como aquel hombre atractivo y apuesto que era antes de conocer a Sofía, pero esta vez, su rostro ya no era el rostro dulce y amable que sonreía con la mirada. Esta vez su rostro transmitía amenaza.
Salió de casa en su auto directo a la empresa de la familia Adams, eso era ahora para él, una empresa sin nombre.
-Buen día, me esperan para una junta.
-Buen día señor, un segundo.
La secretaria revisó la agenda del día por pura rutina, era consciente de aquella reunión, todos los empleados lo eran.
-Puede subir por el ascensor privado señor Adams.
-Gracias.
Michael tomó el ascensor como le habían indicado y subió hasta llegar a la recepción, saludó a la secretaria que ocupaba el lugar que había sido de Alicia.
-Buen día señorita, soy Michael Adams, he venido a una reunión.
-Claro, permítame anunciarlo, si gusta pu